“No al autoritarismo”. Miles salen a las calles a protestar contra Bukele

0
Las diferentes marchas pacíficas y autoconvocadas se encontraron en la plaza Francisco Morazán del centro de San Salvador. Foto EDH / Jorge Reyes

A 200 años de la Independencia, la ciudadanía salió a rechazar la consolidación del poder.

Llegó el bicentenario, la fecha tan esperada para el gobierno de Nayib Bukele. Un pilar de su discurso antipolítico y la excusa perfecta para escudar sus abusos de poder detrás de una difusa idea de una “nueva república”.

El oficialismo adelantaba un día lleno de grandilocuencias, exaltaciones al poder y un despliegue que apartara, por un segundo, la atención de los excesos del gobierno.

Sin embargo, miles de salvadoreños se despertaron en el bicentenario de la firma del acta de independencia con otro plan.

Lejos de salir a admirar un desfile de militares y apologías al poder, se tomaron las calles para protestar contra la gran ironía del bicentenario: que mientras se conmemora la salida de una monarquía, hay un gobierno intentando instaurar un nuevo modelo autoritario y de concentración de poder.

En contraste con el amargo sabor de los abusos de poder de los últimos 27 meses, la jornada de este miércoles 15 de septiembre fue de fiesta ciudadana.

Miles de personas de diversas formas de pensar, profesiones y visiones políticas coincidieron en un solo espacio para exigir el fin de las prácticas dictatoriales de la élite en el poder.

Sindicalistas, trabajadores agropecuarios, estudiantes universitarios, familiares de presos políticos, jóvenes profesionales, jueces, emprendedores, entre muchos otros, se dieron cita en puntos céntricos de la capital y no perdieron la oportunidad de recordarle al régimen lo que se hizo claro hace 200 años: que el poder viene de la ciudadanía y que los funcionarios están para responderle a esta, no dominarla.

Y a pesar de los esfuerzos de desinformación del oficialismo, la manifestación fue masiva, pacífica, voluntaria y contundente.

Si bien no hay un número definitivo de participantes, el sentimiento era masivo y de victoria: una ciudadanía crítica que había sido relegada en el discurso público a considerarse una minoría empezó a apropiarse de lo que siempre ha sido suyo: defender en las calles la democracia.

Esto contrasta con las tristes declaraciones de los legisladores que responden a Bukele, quienes ante la abrumadora evidencia de un pueblo que despierta han repetido que es solo una decena de personas que critica los abusos de poder que ellos tramitan martes a martes.

Y salvo episodios donde infiltrados intentaron crear miedo, violencia y desorden, la manifestación fue ejemplar en su tolerancia a la divergencia, su pacifismo y el orden en que se condujo.

A juicio de un médico que dio declaraciones a este medio, pero pidió no ser identificado, si bien las aglomeraciones no son recomendables, “había medidas de bioseguridad como mascarillas, lo mayor distancia posible y muchos portaban kits de desinfección”. Además, recordó la frase que se ha popularizado recientemente: “si un pueblo sale a protestar en plena pandemia es porque el gobierno es más peligroso que el virus”, dijo a este medio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *