Bolsonaro aprovecha su intervención en la Asamblea General de la ONU para cargar contra la izquierda brasileña.
El discurso del mandatario se produce a dos semanas de las elecciones en Brasil, donde las encuestan lo sitúan a 16 puntos porcentuales de su rival Luiz Inácio Lula da Silva.
— BRASIL | El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, inauguró este martes el 77.º Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, donde aprovechó para cargar contra la izquierda del gigante latinoamericano.
El mandatario habló ante la ONU a dos semanas de las elecciones en Brasil. El último sondeo sobre los comicios otorgó un 47 % de intención de votos al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, frente al 31 % que obtendría Bolsonaro, una diferencia de 16 puntos porcentuales.
“En mi gobierno arrancamos de raíz la corrupción sistémica que existía. Solo entre 2003 y 2015, cuando la izquierda presidía Brasil, el endeudamiento de Petrobras por mala gestión y desvíos alcanzó los 170.000 millones de dólares”, comentó.
“El responsable fue condenado”, continuó en una clara referencia a Lula.
Bolsonaro también defendió su gestión de la pandemia, a pesar de las fuertes críticas que ha recibido y de que una comisión parlamentaria de investigación le acusase de crímenes contra la humanidad, junto a otros ocho delitos.
Defensa de su gestión
En las redes sociales se criticó rápidamente su alocución. “El discurso de Bolsonaro en la ONU parece propaganda televisiva en horario electoral. Redundante y lleno de mentiras. Al menos tres en los primeros minutos”, escribió el periodista brasileño Ascanio Seleme.
Buena parte del discurso lo destinó a alabar su política económica y afirmó que Brasil “termina el 2022 con una economía en plena recuperación”. También citó asuntos como Auxilio Brasil, el principal programa gubernamental de ayudas sociales, o la privatización de empresas estatales.
Por último, el presidente hizo referencia al 7 de septiembre, fecha del bicentenario de la independencia de Brasil, y un evento por el que fue ampliamente criticado por convertirlo “en un acto de campaña”.
“Millones de brasileños salieron a las calles, convocados por su presidente. Fue la mayor muestra cívica de la historia de nuestro país, un pueblo que cree en dios, en la patria, la familia y la libertad”, aseveró.
Se trata de su cuarto discurso en la ONU. Por tradición, el gigante latinoamericano inaugura este acto desde 1955.
