Las “luces de terremoto” que iluminaron CDMX son un fenómeno natural que ocurre por el movimiento de las capas tectónicas.
Por La Voz
La visión “apocalíptica” no es más que un fenómeno natural con una explicación científica.
Su nombre es “luces de terremoto” o EQL por sus siglas en inglés, y ocurre normalmente antes o después de un sismo. El fenómeno lumínico se produce por el choque de las capas tectónicas, las cuales generan una carga eléctrica, según el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Las ondas electromagnéticas ionizan el aire, al llegar a las nubes chocan con las cargas eléctricas y producen los destellos.
En otras palabras, algunas rocas de la corteza terrestre, como el basalto y el gabro, tienen pequeñas imperfecciones en sus cristales. Cuando un evento sísmico golpea, la fricción libera cargas eléctricas de esas rocas. Estas se juntan, y salen disparadas a la superficie a gran velocidad, manifestándose en el aire en forma de descargas eléctricas y luz.
Las “luces de terremoto” es un fenómeno muy raro que solamente ocurre en el 0,5% de los sismos en el mundo.
El teremoto de 7.1 grados se registró cerca de las 20:49 horas (tiempo del Centro de México) del martes 7 de septiembre, y con epicentro a 14 km al sureste de las costas de Acapulco, Guerrero, según detalló el reporte del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
Los efectos del temblor fueron perceptibles en todas las regiones del estado, llegando inclusive a Ciudad de México.